miércoles, 25 de mayo de 2016

Los padecientes (Reseña)

“La búsqueda de la verdad no es su virtud, es su obsesión.”



Los Padecientes de Gabriel Rolón...

Este libro me lo regalaron en octubre del año pasado, para mi cumpleaños, y recién ahora he podido ponerme con el. He disfrutado cada página de este libro, aunque no tenía mucho tiempo para leerlo. 

La historia va sobre un psicoanalista, Pablo Ruviot, un amante de la verdad, a cuyo consultorio llega un día una joven muy bella: Paula Vanussi. Paula viene a ofrecerle un trabajo muy simple, relacionado con el asesinato de su padre, pero la sed de verdad que Pablo acarrea desde que recuerda provoca que se implique demasiado en la historia. 

Un thriller psicológico perfectamente construido, al autor no se le ha escapado ni el más mínimo detalle. 

Los personajes están impecablemente construidos, y se hace cargo de cada uno de ellos con una facilidad que resulta impactante. En ningún momento pierde de vista a ninguno, porque cuando lo estas evaporando de tu mente, lo pone de nuevo sobre el tablero. 

El autor sabe perfectamente en que momento te dará qué información, o por lo menos así lo he sentido, y eso es lo que hace tan exacto este libro. Nada esta de más, no falta nada, cada cosa esta donde debe.

Lamentablemente para mí, descubrí dos detalles muy importantes demasiado pronto. Pero creo que tiene que ver con la conexión instantánea que desarrolle con ese personaje en particular, y me llevo a suponer todo el resto.

En particular, para una mente obsesiva como la mía, es el libro perfecto. Me he identificado con un montón de cosas del libro. Además contiene mucha información interesante sobre la psicología humana, desde el punto de vista de nuestro protagonista psicoanalista. 

Recomiendo este libro a todo el mundo que este abierto a ser absorto por una historia delirante, y un tanto siniestra. Mientras tanto convenceré a mi madre (quien también está encantada con el libro y el autor) de comprar más obras de Rolón, porque pintan ser todas igual de exquisitas. 

domingo, 22 de mayo de 2016

Carta a una mueca (original)

Carta a una mueca 

Para vos, que estás en algún lado (espero que sonriendo)…

No se como comenzar a explicarte lo que quiero decirte, es más, no sé si alguna vez me anime a que leas esto, lo mas probable es que no…

Vamos a hacerlo de la forma mas fácil que se me ocurre, la misma que utilizo para contarle esta historia a todas las personas merecedoras de mi confianza.

¿Alguna vez te pasó no tener plena conciencia de algo hasta que alguien lo nombra? Bueno es así. Así como cuando alguien te dice que quiere determinada raza de perro, te muestra una foto  y de repente todos los perros que cruzas en la calle son de esa raza.

Así fue, así de fácil. Solo hizo falta ese día, ese momento, esa hora. Y podría decirte exactamente que día, en que momento y a que hora, pero prefiero no hacerlo. Lo importante no es eso.

Lo importante es que bastó con que alguien dijera tu nombre en voz alta para que se quedara clavado en mi mente, para que rodara en mis pensamientos y resonara cada pocos segundos. Fue suficiente voltearme, buscarte con la mirada y encontrarme con ese pequeño detalle.
Y el detalle era la vergüenza, porque se nota a kilómetros de distancia que no te gusta la atención; pero lo mejor de todo es tu mecanismo de defensa ante la vergüenza. Esa pequeña, casi imperceptible: sonrisa. Prácticamente como droga.

Exacto, solo hizo falta esa secuencia de segundos para que me obsesionara eternamente con tu sonrisa. Porque no eran otras, era esa, la tuya.

Me gustaba pensar que progresivamente, como con los perritos, comencé a encontrarte en todos lados. Pero no, ahora sé que era yo. Yo que, como buena obsesiva que soy, dediqué mucho tiempo a buscarte en silencio. Jugaba a encontrarte y que no te des cuenta, a robarte las sonrisas que le regalabas a los demás y creerme que eran mías.

No había nada más divertido que esperar a que aparezcas en alguna esquina y sonrías. Nada mejor que encontrarte de golpe, cuando no te buscaba, y que te estés riendo.  Me he cansado de intentar describir la forma de tu sonrisa, así que voy a comparar la experiencia con una montaña rusa. Todas esas vueltas, en un solo gesto.

Después todo se me fue de las manos. Le conté a un par de personas y se fue un poco la magia de encontrarte. Te diste cuenta de que te robaba las sonrisas y le contaste a demasiada gente, no te culpo. Pero, esa gente comenzó a mirarme raro. Así que al final intenté evitar buscarte. Fracasé. Pero el destino, muy sabio, me obligo a no cruzarte de nuevo. 

Y desde entonces solo pienso que debería haberte dicho esto.

Si, en realidad eso era lo importante de está historia. Que sepas que tu sonrisa es preciosa, aunque tengo la sensación de que no te gusta. Es más, seguramente mientras leas esto te de vergüenza, y te sonrías; y yo espero que alguien te esté robando esa sonrisa, que debería ser mía. 

Espero encontrarme más personas como vos, que con sus sonrisas ocultas sean capaces de iluminar los días más oscuros.


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Esta carta la escribí para un trabajo de la carrera, pero me gustó tanto la forma en que conseguí plasmar lo que sentía que decidí compartirla. Realmente me costó mucho expresar lo que esa mueca significaba para mi, pero creo que con esta carta queda claro. Su sonrisa, para mi, era el universo entero. 
No me molestaría si alguien quisiera dedicarle esta carta a su sonrisa, a esa sonrisa que estas tan acostumbrado/a a robar que ya te creciste que es tuya. Solamente pido que no se olviden de decir que el texto es mío, y comentarme como les fue. 
También me gustaría saber si tienen alguien a quien le roben sonrisas, directa o indirectamente. 
(Estoy muy copada con el tema de las sonrisas robadas, así que quizás escriba un poco sobre eso más adelante.)

jueves, 12 de mayo de 2016

Crónica de una muerte anunciada

"Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita desde siempre."

Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez...

Este libro es bastante conocido, así como su escritor. Anteriormente había leído de el "El coronel no tiene quien le escriba" y para ser sincera no me gustó en absoluto. Pero, esta historia, me ha sorprendido.

Crónica de una muerte anunciada es relatada por un amigo del protagonista, quien recopila información sobre el trágico hecho, sobre el cual el único desentendido era la propia víctima. 

La idea me parece, honestamente, genial. Pero, creo que si el autor no hubiese abordado la trama de la manera en que lo hace, tan lentamente y siempre dejando "ese algo más" para después, el libro hubiese sido un desastre. Sin embargo lo hace con tanta perfección, que no te enteras de todo hasta el final. Todo el tiempo te mantienes conectado a la historia, necesitas saber que sucedió.

Es un libro bastante corto y, como ya se entiende, demasiado atrapante. He quedado sorprendida de que me gustara tanto luego de la desilusión anterior.

Lo único de lo que podría quejarme un poco es de los personajes, hay muchísimos y ninguno es tratado de manera muy particular. Si, considero que el narrador está bastante trabajado y mantiene una misma postura todo el tiempo; tiende a ser objetivo, aunque deja traslucir por momentos la subjetividad de ser amigo del protagonista. El resto de los testimonios, dejan ver un poco sobre las personalidades de los demás, pero no de manera muy profunda.

Esta obra de García Márquez está, a mi parecer, muy bien trabajada. Cada palabra tiene un motivo y un fin que dan al libro el toque justo. 

Lo recomiendo absolutamente para probar un poco con este autor, cuyos libros suelen ser bastante pesados (intenté leer "Cien años de soledad"pero no he podido), y luego ir avanzando. Eso es lo que planeo hacer yo, a partir de esta lectura.