viernes, 5 de septiembre de 2014

Alicia

En el colegio hacemos este año la presentación de la promoción 2015, y teníamos que elegir una temática. Después de muchas deliberaciones decidieron que seria Alicia en el país de las maravillas, y a mi me pareció dentro de todo una buena temática. El tema es que hay que hacer un video, y no se imaginan mi sorpresa cuando las que organizan me llamaron para armar el cuento para el video. ¿Por que me sorprendí? Porque de las 96 chicas de la promoción por lo menos 50 me odian, no me soportan o me detestan.
En fin, quiero compartirles mi cuento, porque estoy orgullosa de el, es que realmente me ha gustado. Ademas lo he escrito ayer en unas cuatro horas, a base de la película con diálogos de allí, y me encanta el resultado. Quizá está mal que yo misma diga eso, pero la realidad es que si, me encantó. Y ademas otra gente me ha dicho que es bueno así que ahora les toca leerlo.
Lo que advierto es que lo hice medio a las apuradas, lo leí a las apuradas y la corrección lo hice sobre la impresión que he entregado así que me han quedado cosas mal escritas o que no he sacado o así...


Alicia
Llevan ya mucho tiempo con el examen en las manos, es ahora o nunca. Alicia deja de escribir y se detiene para leer las preguntas una vez mas, entonces escucha. Puede escuchar el silencio de fondo, el silencio roto por el correr de las lapiceras en el papel y el ruido del reloj en el frente del salón. Tic tac, tic tac.
-Quedan 20 minutos 15…- anuncia la profesora mientras recorre el salón y cuenta unos segundos mas.
Alicia no puede dejar de concentrarse en el ruido del reloj... Es cada vez mas fuerte, esta segura. Puede sentir el ruido taladrando en su cerebro, se queda sin tiempo. “20 minutos 15” resuena en su cabeza mientras el “tic tac” se hace más y más fuerte. La cabeza de Alicia se desliza en silencio sobre la hoja del examen.
Alicia se siente caer, siente que abandona, ya no tiene tiempo; no va a terminar. Siente que todo a su alrededor desaparece. Todo menos…  el tic tac, tic tac, que se vuelve ensordecedor. Siente como si fuera absorbida por un túnel turquesa, que se hace celeste, azul, ¿turquesa? Se va hacia atrás, se aleja del salón sin moverse. Cierra los ojos con fuerza y se tapa los oídos.
Todo se queda quieto, entonces escucha sonidos diferentes a los del salón. Tiene miedo, se queda quieta. Y entonces cree reconocer esas voces:
-No estoy convencida- dice una.
-Claro que está dormida- contesta la otra.
-Pero si no lo está, no lo está- responde la primera voz.
-Pero si lo estuviera podría estarlo- contraataca la segunda voz.
-¡No está!- grita la primera. Entonces Alicia se da cuenta que hablan de ella y levanta la cabeza.
-Como me voy a dormir si estoy…- queda entre espantada y sorprendida, esa no es su voz.
Y podría jurar que hace cinco minutos no estaba allí, no llevaba ese uniforme y por supuesto no tenia cuatro años. Sus dos compañeritas la miran y encantadas con la confusión de Alicia se ríen. Entonces una empuja a la otra.
-No te rías.
-Claro que me río.
-¡Que no!- Se van discutiendo.
Alicia se levanta de la pequeña sillita y se toma un momento para observar alrededor. Conoce ese lugar, es el jardín del colegio. Su jardín, su colegio. Pero… ¿Cómo? Mira a la gente alrededor, son sus compañeras. ¿Se ha dormido?
El timbre suena y todo el mundo se sienta en las mesitas, sus dos compañeras que ya han abandonado la pelea se sientan una a cada lado de Alicia. La señorita enfrente de ellas comienza a contarles un cuento, “Alicia en el país de las maravillas”. Le gustaba mucho ese cuento, porque la protagonista lleva su nombre.
Entonces recuerda que se ha dormido y se pellizca para despertarse, pero no funciona. Mira a sus compañeras que están ocupadas lanzándose crayones y las detiene.
-¿Saben que hora es?
-No- dicen al unisonó.
-Yo pregunto- dice una.
-No yo.
-Yo- para detenerlas Alicia levanta la mano.
-Alicia- asiente con ternura la señorita.
-¿Que hora es, seño?- pregunta, sin pensarlo.
-Faltan 20 para las 15. Digo, para las tres- se corrige.
-Ah. Y… ¿Puedo ir al baño?- pregunta aun confundida. La señorita asiente con dulzura.
Alicia sale y se queda mirando por la puerta entreabierta. Que pequeñitas eran todas, ella también. Se mira los pies y vuelve a mirar por la puerta. Que graciosas eran todas jugando y riendo. Termina de cerrar la puerta y se para en medio del jardín. Esta rodeada de colores, de juegos, de dibujos.
Corre hasta una de las calesitas y pasa una de sus pequeñas manos, esta fría. Entonces… ¿No esta soñando? Mira un momento más su añorado jardín y corre al baño. Se trepa en el lavamanos para poder verse mejor en el espejo. Es pequeña, tiene cuatro años. Entonces ve a alguien atrás de ella. Conoce a esa seño, no es de jardín, la tuvo en otro año del colegio. Se da vuelta y se baja rápidamente.
-No te asustes- le dice. Ahora sabe quien es, es su señorita/profesora favorita. Esta vestida de blanco y lleva colgando en las manos un reloj- Pero no tenemos mucho tiempo.
-¿Tiempo para Que?- pregunta la pequeña Alicia.
-Quiero que recuerdes todo lo que recorriste antes de darte por vencida- entonces la señorita desaparece y el reloj cae al piso.
Al caer el reloj hace un ruido efímero en comparación con lo que escucha después. Otra vez el… Tic tac, tic tac, que se hace cada vez mas fuerte hasta aturdirla. Se tapa los oídos, cierra los ojos con fuerza y se deja caer al piso. El piso bajo sus pies y el techo sobre su cabeza tiemblan. De pronto todo deja de moverse y el sonido se detiene.
Levanta lentamente la cabeza y mira hacia los costados sorprendida. Ya no esta en el baño de jardín con las puertas de colores. Ahora esta en el baño del patio de la Virgen.
Se mira en el espejo del baño y… ¿Ha crecido? Sale corriendo, y asoma sus ojos por los vidrios de todos los cursos de la planta baja tratando de descifrar en cual debería estar ahora. Entonces las ve. Todas las chicas están sentadas escribiendo en sus cuadernos. Se detiene a observarlas un minuto. Llevan las medias altas hasta las rodillas y el delantal exactamente sobre éstas; no hay ninguna que tenga el pelo suelto, todas con el pelo bien ajustado.
-Alicia- pronuncia lentamente la señorita- Estas algo… despeinada… ¿estuviste peleando en el recreo?- Alicia no dice nada- ¿Quieres que te peine?- no le da tiempo de decir nada porque ya le esta acomodando el cabello. No sabe cuando se despeino, quizá mientras las cosas temblaban.
-Yo quiero despertar- susurra asustada.
-No deberías pelear, solo debes seguir tu camino- prosigue la señorita.
-No estaba peleando.
-Solo hazme caso y toma asiento, es la única enseñanza que te daré en este momento.
Alicia corre hacia su asiento y se acomoda. La profesora comienza a caminar con movimientos lentos y sigilosos entre las alumnas, susurrando cosas. Pero Alicia se entretiene con algo en la ventana. Es ella, es la señorita con el reloj, y se lo está señalando. Los susurros de la señorita se hacen un murmullo sordo y empieza a retumbar en el aula el tic tac, tic tac. De pronto no tan solo suena, el ruido de las agujas hace eco. Esta vez Alicia intenta mantener los ojos abiertos, piensa que así podría despertarse. El sonido se vuelve insoportable y se ve obligada a taparse los oídos y cerrar los ojos.
Cuando siente que todo a su alrededor es “normal” abre los ojos. Esta sentada en una de las aulas, mira a sus compañeras y no puede descifrar en que año exacto están. Voltea a su derecha y ve a su compañera de banco, están en sexto.
Como han cambiado las cosas, ahora la mayoría lleva el primer botón del delantal desprendido, las medias bajas y el pelo suelto. Las conversaciones son diferentes, los temas son diferentes, porque las risas nunca dejan de faltar.
La señorita sentada en el banco al frente del aula levanta lentamente la cabeza pasando su mirada por sus alumnas. Se levanta y camina alrededor del curso hasta pararse al lado del banco de Alicia.
-Bien chicas, el tiempo corre, así que comencemos- dice la señorita y se levanta- saquen una hoja y escriban su nombre, prueba sorpresa.
-¿Esta loca?- se oye un susurro de una esquina al fondo. La señorita se voltea tratando de encontrar a quien hablo.
-¿Creen que he perdido la razón?- todas asienten y ríen.
-Me temo que sí. Está demente. Pero le diré un secreto. Las mejores personas lo están.- Alicia deja salir las palabras de su boca sin darse cuenta. Pronto se arrepiente, porque ni siquiera quería decir eso.
La señorita suelta una estruendosa carcajada y se acerca a Alicia. Se arrodilla en el banco a su lado y la mira a los ojos.
-Aun crees que es un sueño, ¿verdad?
-Claro, todo esto lo fabrica mi mente.
La señorita vuelve a reírse justo cuando golpean la puerta. La señorita con el reloj entra y mira con complicidad a la que estaba en el aula.
-Ya no hay tiempo, necesitamos apurarnos.
Entonces el tic tac del reloj suena dentro del aula, suena fuerte e insistente, suena rápido. Tic tac, tic tac, tic tac, tic tac… No deja de sonar, se acelera cada vez mas hasta que se convierte en un ruido de interferencia que se hace agudo en el aire y Alicia cree perder el sentido. El ruido se calma, es mas no hay ruido. No se escucha absolutamente nada.
-¡ALICIA!- alguien grita y se levanta asustada- No puedo creer que estés tomando una siesta cuando… ¡¡¡Alguien ha dejado migas en mi escritorio!!!-
-¡Lo siento mucho!- dice Alicia.
-Ya no sirve.- la profesora comienza a moverse entre las alumnas- ¿has sido tu?- apunta a una al fondo que se encoge en el asiento.
-No profesora.
-¿Y tu?- señala a otra que casi se cae de la silla del susto.
-No profesora.
-¿Y tu, Alicia?- pregunta a Alicia
-Yo no…- pero en su banco aparece una servilleta llena de migas. Eso no estaba allí, esta segura.
-Has sido tu- Alicia niega desesperada- ¡Que le corten la cabeza!
De pronto el tiempo se congela en las caras de espanto de sus compañeras. Alicia mira a su alrededor, esta en séptimo, el año en que volvieron a ser las mas pequeñas. Ahora, casi todas llevan el pelo suelto, y son contadas las que tienen el uniforme en condiciones. Pero es la moda y debe cumplirse. Están muy cambiadas. Está riéndose de cómo se ve ella misma cuando la señorita con el reloj aparece.
-Lo siento, eso ha sido demasiado.
-¿Que ha sucedido?
-Ayer las han separado, están todas asustadas.
-Eso parece.
-Es difícil, pero se acostumbran lo prometo. Ahora apúrate que se hace tarde- deja el reloj sobre la mesa de Alicia.
El reloj comienza a vibrar y suena como si fuera una alarma, cada vez más fuertes, entonces Alicia se rinde, sabe que no podrá evitarlo. Mientras más rápido se vaya mas pronto volverá a resolver el examen de la facultad. Se tapa los oídos y cierra los ojos.
Alicia siente que el suelo se abre bajo sus pies y de pronto siente un golpe, acaba de caerse. Abre los ojos. Están todas, absolutamente todas sentadas en las tribunas de la cancha. Hacía cuanto que Alicia no pisaba aquel lugar. Una de las profesoras esta parada al frente. Ya recuerda ese momento, les están hablando del futuro, aunque aun les queda un año en el colegio.
Alguien levanta la mano y pregunta que tan difícil es la facultad. La respuesta es entre evasiva y sincera. Es difícil al principio, pero luego… Luego mejora.
-Es importante que esta vez no elijan por sus amistades como han hecho otras veces. También deben saber que no pueden vivir complaciendo a otros. La decisión debe ser suya. Estarán solas allá afuera, cuando se enfrenten a la realidad.
Todas asienten, algunas están llorando porque no pueden creer que ya quede tan poco. Solo un año. En poco tiempo todas van desapareciendo. La profesora mira a Alicia.
-¿Alguna pregunta?- le dice la profesora con ternura.
-Si- Alicia titubea porque en ese momento ve entre las escaleras a la señorita del reloj que le dice que el tiempo se acaba.
-¿Usted sabe si esto es real?
-¿En serio crees que existe algo que no sea real?
La señorita del reloj baja las escaleras.
-Alicia el tiempo esta llegando a su fin.
-¿Que haré con el examen?
-No lo se, esto fue solo un sueño, ¿verdad?- le pregunta mientras balancea el reloj entre sus manos.
La profesora que estaba allí hace un momento ha desaparecido. Todo está desapareciendo. Las imágenes se vuelven borrosas, Alicia se siente mareada y se sienta en la tribuna. Y de pronto…
-Quedan 20 minutos 15…- anuncia la profesora mientras recorre el salón y cuenta unos segundos mas.
Alicia levanta la cabeza que tiene apoyada sobre la hoja y mira, lo ha terminado. Pero ¿Cómo? Mira hacia el frente sin lograr comprender como ha vuelto allí, o como ha terminado el examen, si acaba de… ¿Soñar? ¿Dormirse? ¿Qué ha sucedido? ¿Lo ha imaginado? En la fila de adelante, una chica se da la vuelta. Alicia podría jurar que tiene el mismo rostro que la señorita del reloj, le guiña un ojo y luego desaparece.
-¡Entreguen!- anuncia la profesora, y aun confundida Alicia se levanta a entregar. 

Fin.

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