La historia comienza cuando Liz despierta la mañana de su cumpleaños y se da cuenta que en realidad esta muerta. Se encuentra con un viejo compañero del instituto que ha fallecido hace un tiempo y es él quien la va guiando para que pueda terminar de recordar todo lo que ha sucedido en su vida y pasar hacia "otro lado". Gracias a los recuerdos de Liz vamos conociendo como fue durante su vida, y la verdad es que no fue nada buena, pero tampoco son muy buenas las cosas que le sucedieron.
No se si puedan haber muchos spoilers sobre este libro, pero igual me contendré para no arruinarselo a nadie.
Hacia bastante tiempo que las historias no me atrapaban de esa manera, al punto de pensar constantemente en ella. Moría de ganas de saber que había pasado con Liz para que el destino la llevara a morir. La historia esta contada de tal manera que aunque puedes ir conectando algunos de sus recuerdos nunca terminas de estar seguro hasta que ella asimila la historia. Hay un solo punto que para mi era bastante obvio pero quizá no lo fuera en realidad.
Ademas, la forma en la que Liz vivía, la forma en la que su nuevo "amigo" Alex pensaba y las cosas que pasan a lo largo de la historia te hacen darte cuenta que no todo esta tan bien como lo parece. Las personalidades de Liz y sus amigos pueden llegar a relacionarse mucho con cosas que haces y no te das cuenta el daño que causan, o cosas que ves pero no consideras lo suficientemente importantes como para hacer algo al respecto. Y aunque Alex no es quien narra constantemente, logras ponerte en su lugar y logras comprender. En realidad, consigues ponerte en el lugar de todos los personajes y eso es genial.
Recomiendo el libro, sobre todo en esta época, porque puedes reflexionar y pensar si lo que estas haciendo no va a llevarte a un final como el de Liz, o quizá no estas haciendo nada malo, pero tampoco estas haciendo lo que podrías hacer.
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